¿Qué es el sarmiento? Todo sobre el residuo orgánico que se volvió un aliado para la crianza de vinos
Un equipo de investigación y una universidad argentina estudiaron los beneficios de aplicarlo en la producción de uvas chardonnay y bonarda. “Innovador, sencillo y de bajo costo”, resumieron.
En todo el mundo, cada año, se desechan por hectárea de vid más de 2 toneladas de residuos orgánicos. La mayoría son generados luego de la poda de los “sarmientos”. ¿De qué se trata? De los tallos de la cepa, donde crecen las hojas, zarcillos y racimos.
Pero ahora, un equipo de investigación del INTA y la Universidad Maza de Mendoza confirmaron los beneficios de utilizarlo en el proceso de crianza de vinos chardonnay y bonarda.
Según expresaron, este material vegetal constituye el principal residuo de la industria vitivinícola. Además de sus propiedades bioestimulantes y bioplaguicidas, se analizó su potencial como madera alternativa de uso enológico.
“Emplear fragmentos de sarmientos, conocidos como “chips”, obtenidos en la poda de la vid es una alternativa económica y sustentable que permite la reducción de tiempos y costos en el proceso de crianza, manteniendo la calidad del vino y posibles precios competitivos, lo que resulta en un importante aporte para la industria”, sostuvo Martín Fanzone, investigador de la Estación Experimental Mendoza de INTA y de la Universidad Maza.
Lo habitual es que los sarmientos se destinen a compostaje o quemado, por lo que su aprovechamiento y valorización como aditivo enológico resulta promisorio.
Los resultados se compartirán en el IV Simposio de Residuos agropecuarios y agroindustriales que se realizará del 1 al 3 de noviembre en Mendoza.
El encuentro se realizará en el centro de congresos y auditorio Ángel Bustelo de la ciudad de Mendoza. Estará destinado a productores y a grandes generadores de residuos y efluentes vinculados con el sector agropecuario y agroindustrial”.
CHARDONNAY
El equipo de investigación del INTA y la Universidad Maza de Mendoza evaluó algunas tecnologías de envejecimiento físico, como son los ultrasonidos y las microondas.
“El objetivo de este estudio fue analizar la factibilidad de aplicación de estas tecnologías innovadoras en combinación con madera de sarmientos de distintas variedades de vid como tecnologías innovadoras para la crianza de vinos Chardonnay y Bonarda”, detalló Fanzone.
Y confirmó interesantes resultados del ensayo. “En general, la combinación de sarmientos con microondas provocó una inhibición significativa de microorganismos (levaduras, bacterias lácticas y acéticas) en los vinos”, indicó Fanzone.
En vinos chardonnay el empleo de chips combinados con microondas incrementaron los niveles de fenoles totales (43 %), flavonoides (79 %) y saturación del color (Cab), en comparación con los controles.
“Asimismo, la intensidad de color (Cab) de los vinos aumentó drásticamente (<100 %) con estos tratamientos”, expresaron.
BONARDA
En vinos bonarda, la aplicación de chips provocó una disminución del contenido de fenoles, taninos y antocianos, lo que indica una posible adsorción por el material vegetal.
“Los vinos con microondas revelaron niveles superiores de acidez titulable (26 %) y pigmentos poliméricos (6 %), e inferiores de pH, respecto a los controles. El uso de ultrasonidos generó una mayor extracción de taninos (15 %) y pH superiores en los vinos”, remarcaron.
Además, el estudio confirmó que los vinos bonarda conservados con sarmientos tratados con microondas y ultrasonidos presentaron perfiles sensoriales diferenciales.
“Es decir, los vinos que utilizaron chips de malbec combinados con microondas se caracterizaron por aromas a fruta cocida, frutas tropicales, té, manteca, sensación dulce y volumen en boca. En tanto los vinos que emplearon chips de malbec con ultrasonidos presentaron mayor astringencia, acidez e intensidad colorante”, explicaron.
En tanto que los vinos con chips de bonarda y aplicación de microondas revelaron un carácter a cuero, manteca y mayor volumen en boca; y los vinos con chips de bonarda y ultrasonidos se caracterizaron por aromas a roble, tabaco, chocolate, frutos secos y “mayor astringencia”.
“Este trabajo de economía circular que permite reutilizar el principal residuo del sector vitivinícola será uno de los que se presentarán en el IV Simposio de Residuos agropecuarios y agroindustriales”, detalló Pedro Rizzo, miembro del comité organizador del simposio y coordinador del proyecto INTA “Gestión de las biomasas del SAB y estrategias tecnológicas para su transformación en bioproductos de valor agregado”.
FUENTE: INFOCAMPO.COM.AR