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«Nadie recuerda haber visto tanta uva quemada en un solo día»

Después de tantos días de calor, los viticultores reciben aliviados el pronóstico de lluvias para este final de semana.

 

En O Condado y O Rosal, las altas temperaturas han hecho que la vendimia arranque en agosto y para la recolección «es bueno que la uva está fría», explica Ángel Suárez, enólogo de Lagar de Cervera. Los viticultores esperan una cosecha buena tanto en calidad como en cantidad, pero han tenido que afrontar un verano muy complejo debido al festival de chubascos y a los cambios meteorológicos.

En la memoria de muchos profesionales de O Baixo Miño quedará el 7 de agosto, cuando una de las olas de calor impactó directamente sobre las plantas. El experto considera que fue «unos de los veranos más difíciles debido al cambio climático».

Tanto desde Santiago Ruiz, una de las bodegas más veteranas, como en Terras Gauda ratifican la valoración. Emilio Rodríguez Canas, director técnico de la rosaleira Terras Gauda amplía la afectación indicando que los momentos sensibles se sucedieron «desde marzo, cuando brotó la viña porque en abril ya se comenzaba a ver posible incidencia de mildiu».

La sucesión de olas de calor, con altibajos bruscos en las temperaturas y las lluvias, que tampoco dieron tregua en verano, expusieron aún más las vides a este hongo especialmente peligroso.

«Además, hubo un rocío brutal en verano. Humedades relativas del 80 % con medias de temperatura de veinte grados, son una barbaridad, es un jacuzzi para el mildiu», señala Canas.

Los viticultores han sorteado la campaña pese a que el cambio climático que, dicen, afecta a los viñedos hace ya años dificulta también que se cumplan los pronósticos meteorológicos pese al avance de las nuevas tecnologías.

«En julio del año pasado llegamos a 39,6 grados, pero esta vez los 38 cayeron a golpe de agosto, cuando la uva está madura y más blanda, por eso le afectó más. Estos fenómenos de golpes de calor se suceden cada vez con más frecuencia y obligan a manejar el viñedo de otra forma», indica Rodríguez Canas. Por ejemplo, apunta, para que no hubiera problemas con la maduración, antes se hacía mucho trabajo de deshojado de la viña y ahora, sin embargo, como se repiten los golpes de calor, no se hacen porque la hoja siempre protege la planta de la luz del sol». El sol abrasó la uva, pero, como contrapartida, ese golpe de calor del 7 de agosto frenó la actividad de la planta e hizo que la acidez no bajara tanto, indica. «Notábamos hace años cómo por el cambio climático se estaba reduciendo la acidez que caracteriza a Rías Baixas y ahora en los primeros muestreos vemos que está un pelín más alta», confirma.

En la subzona de O Condado se ha iniciado la recolección en fincas como el Pazo de San Mauro y en otras de espumosos de Salvaterra y As Neves, porque este tipo de vinos necesitan una menor graduación alcohólica. Lagar de Cervera, a falta de que vuelva a haber un giro inesperado en el tiempo, comienza el jueves. La Val, posiblemente, también. Terras Gauda y Marqués de Vizhoja prevén arrancar el lunes. El adelanto medio es de casi tres semanas, según la zona, pero solo en el 2011 comenzó la vendimia en agosto en la subzona de O Rosal, marcando un madrugón histórico.

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