
La importancia de los glaciares para la vitivinicultura Argentina
El acelerado retroceso glaciar, impulsado por el calentamiento global, amenaza con agravar la crisis hídrica en Mendoza y pone en riesgo al sector agrícola y vitivinícola.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró al 2025 como el Año Internacional de la Conservación de los Glaciares y estableció el 21 de marzo como Día Internacional por su preservación, destacando la importancia estratégica de estos reservorios naturales de agua dulce, fundamentales para el equilibrio ambiental y socioeconómico mundial.
Argentina, especialmente la provincia de Mendoza, alberga una extensa superficie glaciar esencial para el suministro de agua potable y el desarrollo agrícola, particularmente para la industria vitivinícola. La provincia cuenta con 4.172 masas de hielo que abarcan unos 1.239 km², distribuidas en glaciares descubiertos (45%) y glaciares cubiertos o de escombros (56%). Sin embargo, en los últimos 18 años, estos glaciares han experimentado una alarmante reducción, perdiendo hasta 6 metros de espesor debido al incremento sostenido de las temperaturas.
El glaciar más grande de Mendoza, conocido como el Glaciar de los Polacos, ubicado en Las Heras, próximo al cerro Aconcagua, alcanza los 10 kilómetros de longitud y es clave para la subcuenca del río Vacas. Por otro lado, el Glaciar Horcones, de aproximadamente 9 km, presenta una relativa estabilidad frente al cambio climático, aunque no está exento de riesgos.
Impacto hídrico y agrícola
La reducción de los glaciares profundiza la escasez hídrica en Mendoza, golpeando de manera directa a la agricultura y, en especial, al sector vitivinícola. Estudios recientes advierten que la mayoría de los glaciares de la región de Cuyo podrían perder entre el 75% y el 80% de su superficie para fines del siglo XXI, lo que comprometería seriamente el almacenamiento natural del agua y afectaría su disponibilidad durante el verano.
En contraste, la temporada hídrica 2023 presentó una situación excepcional, con el río Mendoza duplicando los caudales de enero de 2022 y superando en un 30% su promedio histórico, producto del fenómeno El Niño y temperaturas elevadas que aceleraron el derretimiento. A pesar de ello, las zonas de secano continuaron experimentando déficit hídrico por la baja precipitación.
Desafíos del cambio climático para la vitivinicultura
El calentamiento global genera impactos concretos en la industria del vino, destacándose:
- Incremento de temperaturas (2 a 4 °C) que acelera la maduración de las uvas, altera su composición química, y afecta negativamente el equilibrio de los vinos.
- Noches tropicales que limitan la síntesis de polifenoles, esenciales para la estructura y complejidad de los vinos.
- Lluvias estivales irregulares que favorecen enfermedades fúngicas y plagas como la polilla de la vid.
- Brotes anticipados que aumentan la vulnerabilidad frente a heladas primaverales.
Más del 50% de los productores de Mendoza han reportado disminuciones en los rendimientos debido a eventos climáticos extremos, tales como heladas tardías, granizo y olas de calor.
Estrategias de adaptación del sector
Frente a este contexto, los productores mendocinos avanzan en estrategias concretas para mitigar los efectos del cambio climático:
- Selección de variedades de vid resistentes al calor, priorizando cepas como el Malbec.
- Modernización del riego con sistemas presurizados y técnicas ecológicas para reducir estrés hídrico.
- Monitoreo climático permanente para anticiparse y adaptarse a eventos extremos.
- Aplicación de tecnologías avanzadas como sensores que gestionan eficientemente el agua.
- Economía circular en la recuperación y uso eficiente de los recursos hídricos.
Estas acciones son clave para sostener la competitividad y calidad del vino de Mendoza, históricamente reconocida por su clima continental seco y sus vinos de alto nivel.
Para la temporada 2024-2025, las proyecciones indican condiciones relativamente favorables para los principales ríos mendocinos, como el Grande y el Atuel, aunque la amenaza latente del retroceso glaciar obliga a mantener en alerta permanente a toda la región.
FUENTE: WWW.VINETUR.COM