El Gobierno francés se compromete a destinar un máximo de 160 millones de euros en 2023 a destilación de crisis
La industria vitivinícola francesa, a imagen de la española o la italiana, atraviesa una crisis de consumo y de stocks, agravada en un contexto inflacionista vinculada a la guerra en Ucrania, que agrava las dificultades estructurales en determinadas zonas vitivinícolas y tipologías de vino.
Tal y como avanzó SeVi, este 6 de febrero, Gobierno y sector se sentaron para estudiar qué medidas, tanto coyunturales, como estructurales podían implementarse para mitigar dicha situación.
Según informó el propio Ministerio de Agricultura y Soberanía Alimentaria, el Estado francés apoya al sector vitivinícola en la aplicación de las medidas de gestión de crisis que permite la organización común de los mercados del sector vitivinícola.
Por tanto, a partir de ahora, y dentro de los límites de los importes autorizados por las disposiciones europeas, 40 millones de euros de créditos nacionales completados por 40 millones de euros de la dotación financiera europea (FEAGA) dedicada al sector vitivinícola permitirán poner en marcha este verano una campaña de destilación. Una segunda campaña de destilación podría organizarse a partir de octubre según el mismo reparto entre créditos nacionales y europeos para alcanzar un máximo de 160 millones de euros en 2023. Las solicitudes se presentarán sin demora a la Comisión Europea.
El calendario propuesto permite distribuir el esfuerzo de financiación en dos años sucesivos de la OCM del vino (de octubre a octubre).
No obstante, el sector considera que esos 160 millones de euros se quedan “cortos” y demandan que ese importe de ayudas se eleve a los 200 millones de euros. Unos 40 millones de euros “extra” que proponen que salgan del fondo de reserva de crisis de la Comisión Europea.
Hay que tener en cuenta que Jérôme Despey, presidente del Consejo especializado en Vino de FranceAgriMer,cifró recientemente en unos 2 a 2,5 millones de hectolitros de vino la “necesidad de destilación de crisis” del país (otras fuentes la elevan a 3 millones).
Sea como fuere, Ministerio y sector ahora necesitarán definir su modelo de destilación y decidir entre el volumen a destilar y la remuneración de este volumen a quemar.
Además, en respuesta a las dificultades de tesorería que atraviesan muchas empresas vitivinícolas francesas, el Gobierno de París ha prorrogado hasta finales de 2023 el acuerdo de mercado sobre la reestructuración de los Préstamos con Garantía Estatal (PGE) en el marco de la Mediación del Crédito Empresarial.
El Ministerio galo señala que, al margen de medidas que se puedan implementar, a más largo plazo, el sector también debe planificar las adaptaciones necesarias al cambio climático y a la evolución de la demanda de los mercados nacionales y de exportación. En este sentido, sostiene que el Gobierno apoyará al sector en la elaboración de su plan estratégico para el futuro.
Asimismo, Francia sostiene que la inversión en equipos de protección es un elemento esencial del futuro sistema de seguro de cosechas, que entrará en vigor a principios de 2023. En los próximos días se abrirán dos nuevas ventanillas de ayudas para inversiones en protección contra riesgos climáticos, dotadas cada una con 20 millones de euros, incluida una reservada a los asegurados, es decir, un total de 40 millones de euros para proteger mejor a todas las explotaciones.
Medidas regionales
Todavía sin una decisión firme, también se está reflexionando sobre medidas estructurales en algunas zonas vitivinícolas, como en la región de Burdeos. Al respecto, se están estudiando vías de movilización de las herramientas del FEADER para la diversificación agrícola, la renovación generacional y el arranque sanitario de viñedo en el marco de un programa interprofesional de erradicación de la flavescencia dorada.
FUENTE: SEVI.NET