La inflación en Francia fue del 3,7% interanual en diciembre
Francia despidió el año con un incremento de los precios al 3,7%, tras el 3,5% interanual registrado en noviembre. Una ligera aceleración del IPC provocada por la energía y los servicios según apuntaron este jueves desde el Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos (INSEE por sus siglas en francés).
La buena noticia dentro de esta escalada de los precios con respecto al mes anterior solo escalaron un 0,1% tras una caída del 0,2% en noviembre. Además, la cesta de la compra se abarató a finales de año en el país galo. Según la revisión del INSEE, los precios de los alimentos pasaron del 7,7% interanual de noviembre al 7,7% al cierre de 2023. Al mismo tiempo los precios de los productos manufacturados también mostraron cierta calma, con un crecimiento del 1,4% interanual.
Pero la energía y los servicios son los principales causantes de este repunte del IPC general francés. En concreto, los primeros crecieron un 5,6% con respecto a diciembre del año 2022 (frente al 3,1% de noviembre) y los segundos escalaron un 3,1% tras haber registrado una expansión del 2,8% interanual el mes anterior. Según el instituto estadístico galo, el impulso de este mes vino dado por el transporte.
La recuperación será lenta
A mediados del mes de diciembre, el propio INSEE hizo una revisión a la baja del crecimiento de la economía francesa para 2023. Según sus cálculos, el país vecino cerraría el año con el PIB bastante estable, frente a un crecimiento del 0,2% previsto en otoño.
Esto se debe a que en el tercer trimestre el comportamiento de la economía del país fue peor de lo esperado: cayó un 0,1% y con visos de una posible recesión ya que una caída del PIB durante dos trimestres consecutivos se traduce en recesión, según el consenso de los economistas. Así, la estimación del INSEE difiere bastante de la del Elíseo. Los primeros prevén un crecimiento del 0,8% para 2023, mientras que el Gobierno plantea una expansión del 1%.
En lo que respecta a los precios, el ministro de Economía galo, Bruno Le Maire, transmitió cierto optimismo en unas declaraciones a finales de año: “la crisis inflacionaria ha quedado atrás”, dijo. Explicó que los precios siguen siendo más altos que antes de la crisis del Covid-19 y la guerra de Ucrania “por la transición energética”.
Los cálculos del INSEE estiman así que la inflación del país galo cerrará 2023 con una inflación media del 4,9% (frente al 5,2% de 2022) y que en junio llegará a cumplir el objetivo de reducción y llegará al 2,6%. Por su parte, el Banco de Francia es mucho más pesimista y estima que el país cerrará el ejercicio de 2023 con un IPC medio del 5,7% y posteriormente en 2024 caerá hasta el 2,5%.
FUENTE: ELECONOMISTA.ES