Skip links

El vino europeo en la mira por tensiones arancelarias con EE.UU.

La amenaza de nuevos recargos aduaneros genera incertidumbre en el sector vitivinícola, pese al crecimiento sostenido de las importaciones en el mercado estadounidense.

 

 

El comercio vitivinícola entre la Unión Europea y Estados Unidos atraviesa un nuevo episodio de tensión arancelaria. En un escenario marcado por la incertidumbre, las medidas proteccionistas impulsadas por el presidente Donald Trump vuelven a poner al vino europeo en el centro de una posible disputa comercial.

El pasado 5 de abril, Estados Unidos implementó un arancel universal del 10% sobre todos los productos importados. Poco después, el mandatario anunció un posible recargo adicional del 20% exclusivamente dirigido a productos procedentes de la Unión Europea, entre ellos el vino. La reacción del sector no se hizo esperar: productores y exportadores manifestaron su preocupación ante el impacto que esta medida podría tener sobre las ventas en uno de los principales mercados de destino.

El 9 de abril, ambas partes acordaron una pausa de 90 días para facilitar negociaciones bilaterales. La Unión Europea respondió con un gesto de reciprocidad, suspendiendo temporalmente sus contramedidas. Sin embargo, el frágil equilibrio se quebró el 23 de mayo, cuando Trump amenazó con un nuevo arancel del 50% a partir del 1 de junio.

El panorama cambió nuevamente el 25 de mayo, con la decisión de Trump de aceptar la propuesta de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, de extender las conversaciones hasta el 9 de julio. Si bien esto ofrece un margen de respiro, la incertidumbre en torno al futuro arancelario persiste.

 

Aumento de las importaciones pese a la incertidumbre

Paradójicamente, los datos del primer trimestre de 2025 muestran un dinamismo significativo en las importaciones de vino por parte de Estados Unidos. Según la Organización Interprofesional del Vino de España (OIVE), el país importó 328,5 millones de litros entre enero y marzo, un 3,9% más que en el mismo periodo de 2024. En términos de valor, las importaciones ascendieron a 1.748 millones de euros, un 21,6% más, impulsadas por un aumento del precio medio hasta los 5,32 €/litro (+17%).

Francia lideró en valor con 723,9 millones de euros (+51%) y 52,4 millones de litros (+37%). En volumen, Italia se mantuvo como principal proveedor con 93,1 millones de litros (+16,6%) y 485 millones de euros (+17%). España también mostró una evolución positiva: 17,4 millones de litros (+15%) y 88,5 millones de euros (+8%), consolidándose como cuarto proveedor en valor y séptimo en volumen.

Entre otros actores, Moldavia y Reino Unido destacaron por sus crecimientos, mientras que países como Canadá (-29% en volumen), Australia, Israel y Portugal sufrieron retrocesos. En tanto, Nueva Zelanda —tercer proveedor en valor— perdió 30,2 millones de euros respecto al primer trimestre de 2024.

Un caso particular es el de Reino Unido: a pesar de su escasa producción vitivinícola, las importaciones desde este país aumentaron un 777,4% en valor y un 1.867,8% en volumen, lo que sugiere una fuerte actividad de reexportación hacia el mercado estadounidense.

 

Expectativa y cautela

En este contexto de volatilidad comercial y decisiones políticas impredecibles, el sector vitivinícola europeo mantiene la atención centrada en las negociaciones en curso. La posibilidad de una escalada arancelaria podría frenar la recuperación de las exportaciones y alterar el equilibrio alcanzado en el competitivo mercado de Estados Unidos. Mientras tanto, productores, bodegas y organismos internacionales siguen de cerca cada paso, conscientes de que el futuro inmediato del comercio vitivinícola transatlántico está en juego.

 
 
 

Fuente: Revista Semana Vitivinícola – www.sevi.net

Leave a comment