El consumo de productos frescos en Europa cae en torno al 10%
Las perspectivas para el consumo de frutas y hortalizas frescas siguen bajo presión en la Unión Europea.
De hecho, los últimos datos del Monitor de Consumo de Freshfel Europe revelan que el consumo medio de productos frescos se sitúa en una media de 364 gramo/per cápita/día para 2021, una cifra que podría descender en torno a un 10% en 2022 una vez que se conozcan los datos finales del año pasado.
Para la Asociación Europea de productos frescos, esto es “particularmente preocupante porque se mantiene muy por debajo del mínimo de 400 gramos recomendado por la OMS”. Asimismo, explica que estas cifras están impulsadas por el bajo nivel de consumo de los millennials y las generaciones más jóvenes, que son los consumidores del mañana.
“En las difíciles condiciones económicas, el consumo de la población de bajos ingresos también es motivo de especial preocupación”, añade Freshel Europe, que explica que la crisis económica que afecta a todos los Estados miembros tras la guerra en Ucrania y el creciente proteccionismo en el mundo está afectando gravemente al poder adquisitivo de los consumidores y limitando su gasto en alimentos. En tiempos de crisis, estos consumidores tienden a optar por una dieta menos saludable, que se percibe como una opción alimentaria más satisfactoria desde el punto de vista energético y más económica.
En palabras del delegado general de Freshfel Europa, Philippe Binard, “los consumidores tienen una percepción errónea básica sobre los precios de las frutas y verduras en los estantes de los supermercados. Las frutas y verduras son los productos más asequibles y también tienen activos indiscutibles para la salud y el medio ambiente. El precio y el valor de los productos frescos son muy atractivos en el surtido de alimentos”.
“En comparación con otras categorías de alimentos, las subidas de precios de frutas y hortalizas han sido inferiores a la inflación media. Una dieta de cinco raciones al día o la mitad del plato con frutas y verduras se pueden conseguir por un euro o dos euros por persona y día. Comparativamente, para el gasto público en seguridad social, el coste de las dietas poco saludables resulta ser el doble del valor total del mercado alimentario, lo que corresponde a seis billones de euros de gasto en seguridad social en la UE según el Foro Económico Mundial”, añade Binard.
Medidas para impulsar el consumo
En este contexto, Freshfel destaca la necesidad de que el sector cierre la brecha entre la conciencia de los beneficios de los productos frescos y las acciones concretas que deben emprender las autoridades y los consumidores y recuerda que según una encuesta de Eurostat, solo el 12% de los consumidores de toda la UE llegan a sus cinco raciones al día y, de manera alarmante, el 33% no come frutas y verduras todos los días.
“Ahora es importante aprovechar el renovado interés de los consumidores durante la pandemia de Covid-19 por tomarse el tiempo para preparar, cocinar y comer una amplia diversidad de frutas y verduras”, asegura la asociación que recuerda que “los productos frescos han demostrado ser un segmento esencial de la oferta alimentaria y forman parte de la solución a los objetivos del Pacto Verde Europeo (contribución a la neutralidad en carbono y bajas emisiones de CO2), la estrategia Farm to Fork (avanzar hacia una dieta vegetal ) y el Plan de lucha contra el cáncer de la UE (función preventiva de las frutas y hortalizas para las enfermedades no transmisibles)”.
“Lamentablemente, los responsables políticos no son coherentes en la implementación de estas estrategias y carecen de ambición en sus medidas, que deberían utilizar los productos frescos como un motor esencial para el éxito de sus estrategias”, señala Binard. La política de promoción eficiente hacia la generación Y (millennials) y Z, así como los programas de educación en las escuelas para la generación alfa son cruciales.
El sector también tiene un papel importante que desempeñar a la hora de acompañar a los consumidores para convertir su conocimiento de los beneficios para la salud de los productos frescos en comportamientos alimentarios concretos. Además, una mejor comunicación con los consumidores sobre las expectativas relacionadas con las preocupaciones de la sociedad, el precio y la percepción errónea de la imagen seguirá siendo clave al tiempo que se brindan sabores atractivos, diversidad y conveniencia de los productos. Esta es una responsabilidad del sector esencial para competir con otras categorías de alimentos.
“En este entorno cambiante, es importante continuar generando valor para nuestros productos a pesar de que el precio se convierta en la única prioridad de los consumidores. Se debe recordar a los consumidores la asequibilidad de los productos frescos y ponerlos en perspectiva de otros alimentos como una opción barata y saludable. Los consumidores también tendrán que asumir su parte de los costos crecientes para los productores y otras partes interesadas en la cadena de suministro para garantizar la rentabilidad y la supervivencia del sector esencial de frutas y hortalizas”, añadió Binard.
En 2021, el tamaño del mercado de frutas y hortalizas frescas ascendió a 75 millones de toneladas, de los cuales 11,6 millones de toneladas corresponden a Italia, 11 millones de toneladas a Alemania, 10 millones de toneladas a Francia, nueve millones de toneladas a España y 7,2 millones de toneladas a Polonia. Las frutas más consumidas en Europa son manzanas, plátanos, naranjas, uvas de mesa y melocotones/nectarinas, mientras que los arándanos son el segmento que está experimentando un crecimiento más dinámico en muchos estados miembros como Alemania y Polonia. En cuanto a las verduras, los tomates, las coles, las zanahorias, los pepinos y los pimientos dulces son los productos más consumidos respectivamente.
En su revisión de los últimos impulsores del consumo, los miembros de Freshfel Europe confirmaron que el precio está influyendo predominantemente en la decisión de los consumidores en los últimos meses en toda Europa y que los consumidores están comprando artículos menos alimentarios. “Esta tendencia está afectando la frecuencia y el lugar de compra, donde se produce una concentración de compra a principios de mes junto con una reducción de ingredientes y artículos comprados. Las etiquetas premium y las ventas orgánicas son los segmentos que más declinan”, asegura Binard. Además, los miembros de la Asociación también volvieron a confirmar que los consumidores se mantienen firmes en comprar productos locales y de temporada, están ansiosos por estar informados sobre el origen, la variedad, el método de producción, las prácticas sostenibles y cuando corresponde la preparación o los consejos de consumo.
Los miembros de Freshfel Europe confían en que el consumo de productos frescos puede estimularse en los próximos meses mediante la creación de asociaciones en toda la cadena de suministro con todos los actores, proporcionando productos asequibles y de calidad, y dando confianza a los minoristas para aumentar la participación de la categoría como una parte esencial de una dieta sostenible y saludable para los consumidores europeos en 2023.
FUENTE: FINANCIALFOODS.ES