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Brote histórico de mildiú amenaza al sector vitivinícola argentino

Una primavera inusual desató las condiciones para la proliferación de este hongo, que pone en riesgo dos vendimias consecutivas en las principales zonas productoras de uva de la provincia de San Juan.

 

 

El sector vitivinícola sanjuanino, enfrenta un brote de peronóspora sin precedentes en los últimos 30 años. Este hongo, que ataca hojas, frutos y otras partes verdes de las vides, ha sido detectado en cuatro departamentos clave para la producción de uva: Caucete, 9 de Julio, Sarmiento y 25 de Mayo. Según productores y especialistas, las condiciones climáticas inusuales de esta primavera, caracterizadas por alta humedad, ausencia de calor intenso y continuos riegos, propiciaron su proliferación. Hasta el momento, 20 productores han informado daños significativos.

La peronóspora suele aparecer entre febrero y marzo, pero las lluvias constantes entre el 8 y el 10 de octubre, junto con la humedad persistente y la falta de temperaturas altas, adelantaron su aparición. Beatriz Pugliese, titular del área de vitivinicultura del INTA, señaló que “este hongo utiliza la humedad para crecer” y destacó que, en ausencia de vientos secos como la zonda, las esporas pudieron extenderse con facilidad. Miguel Moreno, secretario de Agricultura, agregó que el riego constante agravó la situación, creando un ambiente ideal para el hongo.

 

 

Además de los factores climáticos, la prevención insuficiente ha contribuido al problema. Aunque existen tratamientos preventivos con cobre y otras sustancias, la falta de antecedentes recientes de brotes graves y las dificultades económicas llevaron a que muchos productores no realizaran las tareas necesarias. Incluso en fincas donde se aplican medidas preventivas, se registran casos graves.

El impacto del brote ya se refleja en la pérdida de racimos y hojas, pero los especialistas advierten que el daño podría extenderse a las yemas de las vides, lo que afectaría también la próxima vendimia. Por ahora, los productores deben enfocarse en identificar las fincas afectadas y realizar curaciones químicas, además de limpiar y espaciar las plantas para limitar la propagación.

Desde el Estado, no se ha dispuesto un fondo de contingencia, aunque se insta a los productores a reportar los casos para evaluar la magnitud del daño. Las hojas infectadas presentan manchas y una textura similar al algodón de azúcar, lo que facilita su identificación. A medida que se recopilen datos, se determinará el alcance de las pérdidas, que amenazan con marcar un antes y un después en la producción vitivinícola de la región.

 

 

FUENTE: DIARIODECUYO.COM.AR

 

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