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Bandas floridas, el secreto de las bodegas para el cultivo ecológico de sus viñas

Las flores y hierbas que separan las filas de vides en la finca no sólo brindan una imagen idílica del campo sino que actúan como un elemento de bioprotección natural y consiguen una uva más concentrada.

El viñedo ecológico de Bodegs Ochoa se ubica en Traibuenas distribuido en varias fincas; Santa Cruz, Secadero, Finca El Bosque, La Milla, La Pedrera… Viñas propias que les permiten controlar la calidad y los procesos de la uva desde el propio campo. Cuando el padre de Adriana y Beatriz Ochoa, directora técnica y gerente de esta bodega de Olite, decidió adquirir estas tierras lo hizo teniendo un amplio conocimiento del suelo y del clima de la zona, factores indispensables para poder lograr la mejor calidad.

Las vides están separadas por bandas llenas de vegetación y flores silvestres.

Las vides están separadas por bandas llenas de vegetación y flores silvestres.

Este paso hacia la viña ecológica empezó en 2010; en 2015 lograron la certificación y actualmente, asegura Adriana, “es una de las cosas que más satisfacciones nos está dando”. La apuesta por la sostenibilidad ha tenido impactos reales y positivos; el entorno ha mejorado y los viñedos están más fuertes y sanos, por lo que consiguen una uva de mayor calidad, que se traduce en unos vinos mejores y más saludables.

Además de la hermosa fotografía que evocan las vides, Bodegas Ochoa ha ido un paso más allá de la estética, utilizando bandas floridas en sus viñas ecológicas con objetivos muy prácticos. Entre unas filas de cepas y otras, crecen de forma natural flores y hierbas que actúan como una cubierta vegetal y ayudan a mejorar la estructura del suelo, gracias a las propiedades de esta vegetación silvestre.

La apuesta por la sostenibilidad ha tenido impactos reales y positivos; el entorno ha mejorado y los viñedos están más fuertes y sanos, por lo que consiguen una uva de mayor calidad

A su vez, este terreno permite que lleguen más nutrientes a la vid y que las uvas de tempranillo salgan más concentradas, más ricas, más maduras, y mucho mejores para hacer los vinos. Por último, las bandas floridas actúan de bioprotección del cultivo, atrayendo a insectos beneficiosos para el viñedo, que se van a comer a los insectos que pueden dañarlo.

Las bandas vegetales atraen a insectos que se comen a otros insectos perjudiciales para las viñas.

Las bandas vegetales atraen a insectos que se comen a otros insectos perjudiciales para las viñas.

En definitiva, esta apuesta por el cultivo ecológico de la uva consiste en un pacto con la naturaleza basado en dar y recibir. En palabras de Adriana Ochoa, “se trata de cuidar a la naturaleza y ella te lo devuelve. En este caso, lo devuelve en forma de mejores uvas, y por consiguiente de mejores vinos” .

La magia del viñedo propio: “Embotellar el paisaje, hacerlo viajar y que la gente disfrute con él”

Para Adriana Ochoa, directora técnica de Bodegas Ochoa, las ventajas de tener un viñedo propio son muchísimas: “Podemos controlar absolutamente todo lo que ocurre en cada rincón y poder obtener así una uva de gran calidad”, afirma.

La magia del viñedo propio: “Embotellar el paisaje, hacerlo viajar y que la gente disfrute con él”

La magia del viñedo propio: “Embotellar el paisaje, hacerlo viajar y que la gente disfrute con él”

En los años 90, el padre de Adriana y Beatriz, quiso volver a revivir la idea de su padre, que era tener un viñedo propio. “Mi abuelo tenía 80 hectáreas de viñedo de las que él hacía su uva y ese concepto ‘chateaux’ mi padre lo quería reproducir”, cuenta la enóloga navarra.

Por ese motivo, la familia Ochoa compró las viñas de Traibuenas que, junto con las de Olite, proporcionan toda la uva que se utiliza en la producción del vino, sin depender de otros productores.

Un paisaje de ensueño que se puede embotellar

Además de poder controlar cada recoveco de su campo, y examinar así el proceso de la uva, la finca Santa Cruz ofrece un paisaje espectacular que guarda características propias: “Cada viñedo viene con su vino y cada vino tiene su viñedo”, afirma Adriana, que asegura que contar con una viña propia te permite “ver esa huella de cada añada diferente en el vino”. 

Un paisaje que sirve de inspiración.

Un paisaje que sirve de inspiración. DANIEL ANDIÓN ESPINAL.

El entorno constituye un medio para obtener esos preciados caldos pero, a la vez, se establece como un fin en sí mismo. Un espacio de riqueza, inspiración y producción. Así lo transmite Adriana: “Lo que más me gusta es poder embotellar este paisaje tan bonito, poder meterlo en una botella, hacerlo viajar y hacer que la gente disfrute con él”. Y vaya si lo consigue.

 

 

FUENTE: DEIA.EUS

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